Quería que lleve consigo el
significado de su amor. Este collar siempre acompañaba a su nieta, vio que lo
lucía cuando cumplió quince años, cuando se graduó del colegio y de la
universidad y esperaba verla usándolo cuando encuentre al amor de su vida, con
quien compartiría su existir. Esperaba que la quiera tanto como ella lo hacía.
Recuerda haber visto ese collar en el cuello de su nieta hace ocho días, lo
llevaba cuando llegó a su casa a tomar el té. Pero ¿por qué ahora vendría a su
mente este recuerdo?, no tenía mucho significado.
Ahora siente que existe un vacío de
tiempo, trata de ordenar sus reflexiones, siente un dolor intenso en el
estómago, pero decide no darle importancia, seguro que eran las consecuencias
de su preocupación. De pronto, interrumpe sus pensamientos una persona que está
en su sala, es un pariente conocido, lo reconoce. Se llama Julio, es un primo
al que no veía hace mucho tiempo. Una alegría muy grande nace dentro de ella,
siempre lo quiso mucho. Pero ¿por qué estaba en su casa?, debió haber sentido
algo muy especial para visitarla porque vivía muy lejos y tenía bastantes
ocupaciones como dueño de muchas fábricas.
Se apresura para verlo, abrazarlo,
para contarle la tragedia de su nieta. Cuando se acerca a él, se interponen
varias personas que lo rodean. Todas comienzan a hablar de lo mucho que la
quieren y por eso la visitan ahora, pero extrañamente no hablan de su nieta. Se
siente feliz al oír las palabras tan dulces que le dicen y con tanto cariño,
pero, se pregunta: ¿por qué todos los que están en su sala, se refieren a ella
en tiempo pasado?.
Entonces, estaba decidida a
interrumpir a todos, tenía la intención de decirles que se sentía agradecida
por las muestras de afecto hacia ella, pero que no tenía fuerzas para seguir
con ellos. No pidió que la visitaran, mucho menos ahora que no podía con el
dolor que la afligía. Sintió la necesidad de gritar, de expresar su aflicción,
pero decidió no hacerlo. Miró alrededor suyo, vio que estaba entre dos vecinos
que la conocían desde hace diez años y que conversaban entre ellos, plenamente
ajenos a su dolor. Pensó que era muy extraño pero no le dio más importancia al
asunto y subió a su habitación. En las gradas que conducían a ese lugar estaba
sentada una pareja de amigos que conversaban, hablaban de una misa de ocho días
que se había efectuado esa misma mañana. Al llegar a su habitación, sentía que
nadie la escuchaba, que nadie la comprendía. Concluyó que esa misa a la que se
referían era la que debió celebrarse por haberse cumplido ocho días de la
tragedia. Le parecía mucho tiempo, no coincidía y se sorprendió de no haber
asistido a tan importante hecho, pero tal vez le dieron un sedante que le
provocó algún tipo de amnesia, siempre sucede en estos casos, según recordó,
sabía que algo similar le sucedió a una amiga cuando perdió a su padre al que
amaba tanto.
En ese momento, creyó haber oído la
voz de su nieta en la sala, dejó todos sus pensamientos a un lado y corrió a
comprobar si era ella, aunque no tenía muchas esperanzas. Bajó las escaleras y
no podía creer lo que veía, no podía entender lo que sucedía. Era su nieta,
estaba convaleciente, ¡pero viva!. Le gritó por su nombre desde donde estaba
pero no obtuvo respuesta, terminó de bajar las gradas y cuando la tenía a unos
centímetros, la abrazó, pero la nieta parecía no sentir nada. Estaba más
confundida ahora, entonces vio que su nieta llevaba una foto en sus brazos, se
vio a ella misma, su nombre estaba ahí, decía que había fallecido hace ocho
días. La nieta estaba viva, la que murió fue la abuela. Otro dolor diferente
invadió su interior, ahora entendía todo, lo terminó de escuchar de los labios
de su nieta. El hombre que conoció y que llevó a comer a su casa, del cual su
nieta estaba enamorada, tenía los planes más perversos del mundo, sabía que
ellas estaban indefensas, que no habían otros habitantes en ese lugar y por eso
planeó envenenarlas y robarles todo lo que tenían. Pero el veneno que ambas
tomaron en el té, mató solo a la abuela, la nieta logró recuperarse en contra
del pronóstico de aquél individuo, quien lo primero que hizo al ver que las dos
caían envenenadas en el piso, fue arrancar y robar el collar que la nieta llevaba
en su cuello . Fue lo último que vio la abuela antes de morir.