Es que, los libros, no
están hechos para ser almacenados como ornamento dentro de estantes o vitrinas.
Ni son trofeos, ni palotes de un marcador que mida la inteligencia de un
lector. Los libros existen para ser leídos, releídos y compartidos. Sus historias
han trascendido porque sus hojas permanecen invencibles ante el paso del tiempo
narrando los mismos personajes en sus mismas aventuras.
¿No es lógico, pues,
que entonces pidamos prestado un libro a aquel amigo cuya biblioteca personal
nos causa tanta envidia?
Tan delicados como son
los libros en cuanto llegan a nuestras manos, merecen ser vividos y amados,
algunos se convertirán en almohada y compañeros de nuestras mejillas y otros
recogerán lágrimas. Es inevitable que, al vivirlos, se desgasten. Los libros no
pueden mantenerse perfectos, por más que los dueños del patrimonio inviertan
todo su tiempo y dinero en conservarlos de esa manera.
...y si es tan grande el
temor de que los tiempos modernos nos alejarán de esas copias trascendentales,
antiguas, inigualables e invaluables eventualmente. ¿Por qué no las
digitalizamos?
No solamente
cumpliríamos con el anhelo de esos objetos inanimados y de sus autores de ser
leídos, sino que enriqueceríamos enormemente las bibliotecas digitales,
ampliando de este modo el acceso de más personas hacia la literatura que a
veces creemos olvidada.
Escanear un libro,
hace algunos años, podía causarnos terror, de solo imaginar que el lomo de los
libros pudiera romperse o las letras borrarse al repasarlos una y otra vez por
la fotocopiadora. Hoy es un poco más fácil, y en el Club de Lectura La Paz,
tenemos el espíritu de innovar y ayudar a que aquellas bibliotecas de las que
algunos nos sentimos tan orgullosos, sean también de todos los demás.
Mediante este proceso
de digitalización de bibliotecas personales -quizá el proyecto de este tipo más
grande y más ambicioso que se ha hecho hasta ahora a nivel Bolivia- pretendemos
que la lectura se vuelva tan accesible, pero tanto, que cuando aparezcan
excusas para no leer, queden desechadas ante la infinita posibilidad de
oportunidades para sí hacerlo.
Porque si todavía no
has encontrado un libro que te enamore, quizá está en el librero de alguien más
y es una edición única, esperando a ser digitalizada para ti.