"El Boby" de Abraham Tarqui Vallejo.

21.03.2022

El Boby

De: Abraham Tarqui Vallejo.

Ser hijo del tercer marido de mi mamá, como ser el perro de la casa había sido. Me hago querer porque cuido a los chanchos, ladro y soy bien manso cuando me agarran y me acarician por la espalda. Me han encerrado y amarrado hasta que me vuelto el más obediente para todo. Hasta me gusta que cuando estoy trabajando de repente aparezcan de mi atrás, aunque primero me peguen, porque después me tocan suavito. Porque así nomas había sido el cariño de los mayores como mi papá y el querido de mi mamá. Por un rato, dejas de ver en blanco y negro porque dejas de ser perro y eres gente. A mi mamá así también lo mismo le hacen, pero parece que les gusta estar más conmigo porque vienen más veces donde mí. Creo que por eso ella no me quiere, por eso me casca y me hace comer las sobras de la comida; a veces, parece que también me quiere. Ella me amarra todas las noches del cuello para que cuide la casa.

Pero desde endenantes, esta rabia de cariño que me hace pensar para ahorcarles a todos, no me deja. Desde la otra vez he notado que a mi hermanito, de uno de los últimos maridos de mi mamá, le está empezando a querer más que a mi. He visto que le está empezando a hurgar como a mí cuando yo era chiquitito y eso no me está dejado dormir. Y ahora que no me están queriendo, he dicho que tengo que escaparme de aquí. Y para no querer volver, tengo que rayarme porque quiero que me odien. He estado pensando en qué les puedo hacer antes de irme. Pero, cuando he visto que mi padrastro se lo estaba llevando a ese enano al cuartito de los conejos, me ha ganado la rabia. Sin pensar dos veces he agarrado el machete y le sonado con eso en la mano con el que se lo estaba jalando al papaso. Fuerte como chancho ha gritado el chiquito; pero no le lastimado tanto, yo sé que le pueden colar sus deditos, yo sé. Pero el otro, no ha chillado tanto y cuando le sonado otra vez en el cuello, de una patada me ha hecho volar sobre unas botellas de cerveza.

Apenas me levantado porque algo me hecho en la espalda; cuando de repente ahí a aparecido mi mamá como loca para sonarme con un fierro en la cabeza. Otra vez quería darme pero le hecho resbalar al suelo; lleno de sangre estábamos los dos. De ahí me ido corriendo con mi mamá persiguiéndome de atrás, no le ha importado mi hermanito, ha seguido nomás en mi detrás arrojándome piedras. Luego me gritaba de mi nombre: Boby ven, no te escapes, me gritaba desde lejos hasta que ya no le escuchado más. Mi cabeza me sigue doliendo pero no como antes; donde me duele más es mi espalda, ahí parece que me sigue saliendo sangre. En el camino voy a botar el machete para no agarrarme de sus recuerdos, además me hace cansar. Ojalá a mi mamá no le pase nada, ya no le veo, estoy bien lejos de mi casa y quiero seguir corriendo hasta la noche. Con mi lengua de perro colgando, voy a llegar hasta donde están brillando todas esas luces. Tengo ganas de encontrarme una nueva familia, pero ahora, yo quiero ser el papá.