¿Qué significa amar con juicio en tiempos donde se nos exige rapidez, certeza y entrega total? En este ensayo escrito durante nuestro taller conmemorativo por los 250 años de Jane Austen, Andrea Sandoval reflexiona sobre el amor, el pensamiento y el deseo a partir de Orgullo y prejuicio. Su texto, en forma de carta no enviada, nos invita...
"De Longbourn a Pemberley: una mirada a las propiedades en Orgullo y prejuicio" Una reflexión de Angela Balanza
Entre los muchos elementos que hacen de Orgullo y prejuicio una obra inmortal, destacan los espacios donde transcurre la historia. En este ensayo, escrito en el marco del taller conmemorativo por los 250 años de Jane Austen, Ángela Balanza propone una lectura que pone en primer plano el peso simbólico de las propiedades en la novela. Longbourn, Netherfield, Rosings o Pemberley no son simples escenarios: revelan jerarquías sociales, aspiraciones, tensiones y transformaciones internas. Con mirada aguda, Angela explora cómo cada lugar refleja el carácter de sus ocupantes y sirve como espejo de la sociedad inglesa de la época. Una lectura que nos invita a habitar la novela desde sus cimientos.

De Longbourn a Pemberley: una mirada a las propiedades en Orgullo y prejuicio
Angela Sterella Balanza Sarmiento
"No había nada llamativo ni vulgar en su aspecto; estaba rodeada de un aire de naturalidad y buen gusto." (p. 250)
Una de las descripciones más detalladas de Orgullo y prejuicio se encuentra en la presentación de Pemberley, la majestuosa finca de Mr. Darcy. Y es que, al pensar en Jane Austen, es inevitable recordar su obra más célebre, aquella que narra la historia de dos personas separadas por el orgullo personal y los prejuicios sociales. No obstante, más allá del romance, la autora aborda con sutileza y creatividad temas como la riqueza, el estatus y la posición social en la Inglaterra de su tiempo.
Un detalle que a menudo pasa inadvertido en la novela es el significado intrínseco de sus propiedades y bienes, que trascienden su función como mero escenario para revelar aspectos cruciales de sus habitantes. Aunque Austen raramente se explaya en largas descripciones, elige cuidadosamente los momentos para detenerse en los detalles, reservándolos para aquellos lugares que poseen un peso específico en la trama o en la evolución de un personaje. Es precisamente a través de casas y fincas como Longbourn, Netherfield, Rosings Park, Pemberley y la rectoría de Hunsford donde se manifiestan las verdaderas dinámicas sociales de la época.
Un elemento particularmente llamativo es la denominación de estas estructuras. Esto se debe en gran medida al contexto histórico de la época georgiana, dentro de la Regencia inglesa (Regency era), entre los siglos XVIII y XIX. Durante este periodo, era una costumbre arraigada entre los terratenientes ingleses nombrar sus propiedades por diversas razones, principalmente como símbolo de prestigio y distinción, diferenciándolas de una simple casa o granja. Asimismo, esta práctica vinculaba la residencia con el linaje familiar, que a menudo trascendía la región en la que se ubicaba.
No obstante, no solo las familias de la realeza o la aristocracia bautizaban sus hogares, sino también aquella clase media acomodada, como los Bingley en la novela, que aspiraban a integrarse en los círculos de la "buena sociedad". No todos los nombres de las propiedades provenían de un legado generacional; algunos aludían al paisaje o a características geográficas, como colinas (hill), campos (field), arroyos (brook) o bosques (wood).
En un sentido más práctico, asignar un nombre propio a una propiedad resultaba útil en un mundo rural donde la ausencia de calles y numeración dificultaba la ubicación y el reconocimiento de los lugares.
Siguiendo esta lógica, Longbourn, el hogar de la familia Bennet, se presenta como una vivienda modesta y de aparente comodidad, cuyo nombre carece de un significado concreto que resalte en la trama. Sin embargo, evoca una imagen mental, a pesar de la ausencia de una descripción detallada por parte de Austen. Al analizar la etimología inglesa del nombre, se encuentra Long, que significa "largo", y Bourn (también escrito Bourne o Burn), una palabra antigua que alude a un arroyo o corriente de agua. La unión de ambos podría interpretarse como "el valle del arroyo largo".
Desde una perspectiva simbólica, el nombre Longbourn sugiere una ubicación rural, tradicional y modesta, en consonancia con la posición social de la familia Bennet. No es una gran finca, y su principal problema reside en el entail, término inglés que se traduce como la limitación de la herencia a herederos varones, lo que la destina a pasar a un primo lejano, Mr. Collins. Como bien exclama la señora Bennet:
"¡Oh, mi querida Lizzy! Si no te casas bien, cuando Mr. Bennet muera, Mr. Collins nos echará a todas..." (Capítulo 20).
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La casa en sí representa la posición de los Bennet: suficientemente acomodados para tener sirvientes, pero vulnerables debido a su falta de seguridad económica a largo plazo. Elizabeth Bennet, la protagonista, ama su hogar, pero es consciente de sus limitaciones, lo que influye en sus decisiones a lo largo de la novela.
En contraste, Netherfield Park, cuyo nombre en inglés significa "campo bajo", la propiedad alquilada por Mr. Bingley, es un claro símbolo de movilidad social. Aunque no se describe detalladamente, se infiere que es espaciosa y adecuada para bailes y reuniones, como se menciona en los primeros capítulos. Charles Bingley, cuya fortuna proviene de las actividades comerciales de su padre, fallecido recientemente, puede permitirse alquilar una finca para consolidarse como caballero terrateniente.
"Mr. Bingley había heredado casi cien mil libras de su padre, quien se había hecho rico en el comercio", subraya la autora en el capítulo 4, resaltando que el mejor amigo de Darcy no pertenece al mismo estatus social y que, por lo tanto, la propiedad que acaba de adquirir se convierte en el escenario perfecto donde se cruzan y chocan las expectativas de clase y matrimonio. Aquí se desarrollan varias de las tensiones sociales más relevantes de la trama, y la diferencia de linajes se hace evidente.
Una de las propiedades más llamativas es Rosings Park, la majestuosa posesión de Lady Catherine de Bourgh, exageradamente alabada por Mr. Collins, quien la describe como:
"Una de las mejores casas del condado. Su mobiliario es elegante y costoso, y todo lo que la rodea denota riqueza y gusto. No conozco un lugar que iguale su magnificencia" (Capítulo 29).
Lizzy, por su parte, piensa:
"Todo en la sala anunciaba riqueza y lujo".
El nombre Rosings Park, en sí mismo, evoca a la nobleza y la alta sociedad. El término Park indicaba una finca grande y cerrada con extensos jardines o bosques. Aunque el componente floral Rose podría aludir a los arbustos circundantes, el sufijo "-ings" le añade un aire pretencioso que se refleja en su dueña.
Lady Catherine personifica esta grandiosidad sin sutileza, con un comportamiento autoritario y condescendiente. Así, Rosings se convierte en la crítica de Austen a una clase que se aferra a su estatus más por derecho hereditario que por mérito propio.
No se puede mencionar la maravillosa mansión de "Su Señoría" sin referirse también a la rectoría de Hunsford, donde Charlotte Lucas se instala tras su matrimonio con Mr. Collins. Austen describe brevemente la casa como cómoda y ordenada, pero Elizabeth percibe en ella cierta falta de calidez. La elección de Charlotte es pragmática: asegurar su futuro mediante una existencia segura pero carente de pasión. La rectoría simboliza esta resignación confortable, recordando al lector las concesiones que muchas mujeres debían hacer para garantizar su estabilidad. Es funcional, decorada según las exigencias de Lady Catherine, pero desprovista de carácter propio.
En cuanto al nombre en sí, Hunsford, en su sentido más literal, podría interpretarse como un paso o enlace hacia algún lugar. Sin embargo, dado el significado especial que Austen otorga a cada propiedad, Huns podría traducirse como "rudo" o "poco refinado", lo que irónicamente encaja con el personaje de Mr. Collins: torpe, adulador y poco sutil.
El contraste más marcado se presenta con Pemberley, la propiedad de Mr. Darcy. La descripción que Austen ofrece a través de los ojos de Elizabeth es notable:
"Era una gran casa, bellamente situada en medio de un parque. [...] Al entrar en la casa, la primera impresión de Elizabeth fue la de asombro por la elegancia de la decoración. Pero era una elegancia sobria y de buen gusto" (Capítulo 43).
Aquí, la riqueza se manifiesta en armonía con la naturaleza, sin ostentación. Pemberley simboliza el equilibrio, el buen gusto y la responsabilidad. La visita a esta propiedad marca un punto de inflexión para Elizabeth, quien comienza a percibir en Darcy cualidades que antes le pasaban desapercibidas, como la generosidad y la rectitud.
A pesar de que el nombre en sí mismo carece de un significado literal evidente, algunos estudios sugieren que deriva de varias raíces: "Pem" podría estar asociado a un apellido aristocrático, ya que, si bien Mr. Darcy no pertenecía a la nobleza, sí descendía de un linaje de ese tipo que además era importante en la región. Los otros dos componentes, "-ber" y "ley", provendrían de voces inglesas antiguas que significarían "la pradera o el asentamiento de Pember". Es posible que Austen se haya inspirado en el nombre de alguna residencia con características similares. Por lo tanto, el nombre en sí evoca un aire de elegancia, equilibrado y tranquilo, para nada ostentoso, al igual que la propiedad misma.
La autora, a través de su heroína, enfatiza que "no había nada llamativo ni vulgar" en Pemberley, lo que la distingue de la pomposidad de Rosings Park.
De esta manera, Austen invita a una lectura entre líneas que trasciende los acontecimientos que se desarrollan en estas propiedades, permitiendo una comprensión más profunda de la personalidad de sus habitantes y cómo estos escenarios facilitan o dificultan el desarrollo de ciertas situaciones para los personajes. Quizás, como lectores, lleguemos a comprender que el auténtico hogar, al igual que el amor, no se encuentra en la ostentación o la seguridad, sino en la armonía entre quienes somos y quienes aspiramos a ser.
BIBLIOGRAFÍA
Austen, J. (2016). Orgullo y prejuicio. Gradifco.
Austen, J. (1813). Pride and Prejudice. Project Gutenberg. https://www.gutenberg.org/ebooks/1342
Oxford University Press. (n.d.). Bourn, n. Oxford English Dictionary. https://www.oed.com/view/Entry/21993
HarperCollins. (n.d.). The Real Jane Austen: A Life in Small Things by Paula Byrne. Harper Academic. https://www.harperacademic.com/book/9780062263360/the-real-jane-austen/
Google Books. (n.d.). Life in the English Country House: A Social and Architectural History by Mark Girouard. https://books.google.com/books/about/Life_in_the_English_Country_House.html?id=8KmrdrHhZusC
Sobre la autora: Angela Sterella Balanza Sarmiento, nacida en la ciudad de La Paz, Comunicadora Social, titulada en la UMSA. Consultora, que se especializa en investigación periodística y edición audiovisual. Interesada en el aprendizaje y actualización constantes a través de cursos dentro y fuera de mi campo. Voluntaria en Acción de la ONU. Apasionada desde temprana edad por la lectura, especialmente la literatura de época.
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