Cuento "Sueños de libertad" de LuisAnth

04.06.2020

Te presentamos uno de los tres mejores cuentos escritos en el taller online de escritura creativa "Cómo escribir un cuento de ciencia ficción - cyberpunk", facilitado por la escritora Lourdes Reynaga y organizado por nuestro Club de Lectura La Paz.

Sueños de libertad

LuisAnth

Su día empezó con un comunicado, de fondo se escuchaba una sinfonía de Bach.

Buenos días, reclusos de la prisión modelo Alaska II. Comunicado 45. Se requieren voluntarios para un proyecto de colonización. Todos los reclusos, sin importar su grado delictivo, serán aceptados. Objetivos: Formar grupos de trabajo para el desmantelamiento de viejas naves, recolección y separación de materias primas esenciales, y coadyuvar con la construcción de una nave de colonización.

Los participantes serán admitidos como pasajeros y futuros colonos en Titán Australia I, con todos los derechos y obligaciones que recaen sobre cualquier ciudadano libre; además, podrán ser acompañados por sus familias. Los cupos son limitados.

¿Escuchaste? Es posible que sigamos usando las tobilleras, pero seremos libres. No le veo la letra a esas palabras. Diez años en esta reja, vendería mi alma por salir. Puras mentiras. Oiga, ingeniero Sanders, díganos, ¿por qué está aquí? Ya no soy ingeniero, me han retirado el título. Bueno, bueno, entonces: Sanders, ¿por qué está aquí? Homicidio involuntario, 6888 fallecidos, un pequeño error de cálculos. ¿Y tú, Biónico? Pues por robo de prótesis oculares, ¿Y tú? Contrabando de memorias articulares. Y miren a nuestro ilustre senador. No te atrevas a difamarme, soy inocente. Sí, claro, pendejito. Scainet, Brahian, Mastur, Kiler. Miren a sus vecinos, somos negligentes, rateros, contrabandistas, corruptos, hackers, drogadictos, estafadores, violadores, asesinos; ¿A quién le cuadra que servimos para fundar una colonia? Somos mano de obra barata. Dicen que están secos de personal -todos miraron a Sanders-. Somos mano de obra barata. La mayoría de nosotros ni siquiera sabe escribir. Nos necesitan.

Uno tras otro fueron a registrar sus retinas. La esperanza de la libertad es un gran aliciente. Días después, cientos de exoesqueletos, alineados al frente de la nave colonizadora Marteska 76, estaban listos para ser abordados por los prisioneros del Alaska II.

Cuadrillas de parásitos. Mira aquel brillo en sus ojos, para ellos es como un juego, se deleitan con la destrucción. Muy bien, futuros colonos, su trabajo es simple, desmembrar esta chatarra y separar las piezas por tipo de material. Dieciséis horas por día, día tras día sin descanso. Comer, trabajar, dormir, comer, trabajar, dormir, su trabajo es arduo, su recompensa: la libertad.

Tres meses, nos han esclavizado tres meses. Y ya estoy harto de esta maldita pasta. Cuando estemos en la colonia podremos comer comida de verdad. La comida en las colonias emergentes es similar, no te hagas muchas ilusiones. Podremos comprar comida, seremos libres. Ahora solo nos queda esperar. Es el turno de los ingenieros, Sanders debe estar hasta las orejas de tanto trabajo. ¿Confías en Sanders? Un error lo comete cualquiera, además él también viajará con nosotros, más le vale que lo haga bien. Cuando lleguemos, encargaré dos hijos, un niño y una niña, me conseguiré una esposa de grandes tetas y cultivaremos papas y criaremos gallinas y conejos. He, ¿y qué será de tu actual? Esa ya está escurrida, no pasa un día sin aspirar esa mierda, está tan relajada que yo ni existo. Mala sangre. Yo voy a ser constructor, siempre son los primeros en tener mucho trabajo, luego compraré una de esas Marcians y viajaré por todas las colonias.

Aquella sinfonía de los comunicados volvió a escucharse.

Oh, por fin volvemos a escuchar al buen Bach. Muy bien futuros colonos, hoy es el día. Los buses están esperándolos en la salida, recuerden que su equipaje no debe pesar más de medio kilo, no sean sentimentales, lleven solo lo esencial, vistan ropa ligera. Se les proveerá de todo lo necesario a su llegada a Titán Australia I. Sus familiares los estarán esperando en la estación de pre-embarque.

Los buses se detuvieron frente a una gran compuerta. La nave colonizadora Alastars era gigantesca, el reencuentro de las familias opacó su presencia. Las parejas se abrazaban, los niños eran cargados en hombros, las madres lloraban. Las órdenes rompieron el encanto. -Depositen su equipaje en estos sacos, los recuperarán a su llegada. Formen una fila y pasen a la sala de espera -Las disciplinadas bestias de carga cruzaban el umbral de su destino. La gran compuerta se cerró tras ellos.

Bien, ya todos están donde deberían. ¿En verdad vamos a gastar tantos recursos para enviarlos a Titán? Míralo de esta manera, con el incentivo apropiado se obtienen buenos resultados. Vamos señores, empecemos. Se inicia la cuenta regresiva. Cien segundos para el despegue.

-100 -¿Escuchan esas sirenas? Serán para anunciar nuestro embarque. He, mira que al final viniste con tu esposa. Cállate. -90 -¿Dónde rayos está Sanders? ¡Sanders! Algo huele mal. ¡Sanders! Sanders, ¿qué no estas escuchando? Los escucho. -80 -¿Por qué tanto alboroto? Escucha, ¡escucha! Son las sirenas de despegue. Está claro que se han burlado de nosotros. -70 -Y mira este antro, no hay puertas, ¡ni escaleras! ¡Estamos encerrados! ¿Qué? Tenemos que borrarnos de aquí ¡Salgan! -60 -Vamos a tumbar la compuerta del pasillo. Podemos hacerlo entre todos. No, es imposible, pesa más de cien toneladas. -50

Sanders eleva su mirada al techo, todos los demás hacen lo mismo.

Sí, sí, eso es, vamos a filtrarnos por el techo. -40 -Lo que está sobre nuestras cabezas no es un techo. ¿Qué? Sanders, ¿qué es? Es la parte trasera de los propulsores. -30 -¡No! ¡Malditos! ¡Malditos sean! Liquidaré a esos bastardos. ¿Qué haremos, Sanders, qué haremos? ¡Dinos! -20 -No hay forma de escapar. ¡Piensa en algo, maldita sea! Podríamos tapar los escapes de los propulsores. -10 -No tenemos mucho tiempo.

Sanders calculó el tiempo desde que empezaron a oírse las sirenas y abrazó a su esposa.

-0

Desde la prisión Alaska II se vio despegar la nave Alastars.

Mira, esa es la pinche nave. Parecían puras palabras. No hay dónde perderse, que me apunten para la siguiente colonia. Te la metieron bien adentro, cojudo. ¿Qué dices? ¿Qué, no estás podrido tras estas rejas? Sí, cojudo. Te la puedes seguir jalando, pendejo, yo quiero salir, que me vuelvan a parir, carajo.

FIN

LuisAnth (Luis Humerez) Escritor emergente, paceño, participó en algunos cursos de escritura del Club de Lectura La Paz.


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