Entre la
búsqueda de la ciudad perdida y la guerra
En el
primer tomo, Mesili nos sitúa en 1906, cuando Fawcett, un cartógrafo de la
Royal Geographical Society de Londres, es contratado por el presidente Ismael
Montes con el propósito de delimitar la frontera entre Bolivia y Brasil, tras
la guerra del Acre (1898-1903). Su deseo de establecer contacto con los
"salvajes" bolivianos desata invectivas exacerbadas en la sociedad científica londinense
y de algunos de sus colegas expedicionarios, quienes critican la exposición de
sus compañeros a las flechas envenenadas de los nativos. Cuestionamientos y
acusaciones que solo sustentan su determinación de retratar la Amazonía en su
real extensión y describir los acontecimientos de Latinoamérica y Europa en los
confines de su trágica historia.
Las
expediciones de Fawcett realizada con condiciones materiales precarias, darán
lugar a una fascinante secuela de eventos marcados por los riesgos inherentes a
la selva más extensa del mundo, la amazonia; que a pesar de los peligros, atraía
a magnates y forajidos estadounidenses y europeos en busca del árbol de la goma
para amasar fortunas. En un escenario donde el alcohol y la brutalidad de la
colonización mantenían a los indígenas en situaciones de sumisión, abuso y esclavitud.
El
segundo volumen nos sumerge en el periodo comprendido entre 1912 y 1914, cuando
Fawcett se adentra aún más en la Amazonía a través de sendas y atajos, llanuras
y selvas inexploradas, habitadas por tribus no contactadas, algunas de las
cuales practicaban rituales que rozaban el canibalismo. Navega por los ríos
amazónicos del Beni, Cochabamba y Santa Cruz en Bolivia, así como por Mato
Grosso en Brasil. Donde sus relatos revelan sus increíbles travesías, las
cuales comparte con su amigo Conan Doyle, autor de Sherlock Holmes, quien se
inspirará en esas experiencias para su obra "El mundo perdido".
Sus
reportajes, que dan la vuelta al mundo poco antes del estallido de la Primera
Guerra Mundial, sus aventuras desenfrenadas en los confines de la Amazonía y
sus viajes que oscilan entre el amor y la soledad, lo llevan a ampliar sus
exploraciones de ese universo vegetal, donde se dice que se oculta una mítica
ciudad perdida. Convirtiéndose en testigo de la brutalidad secular y la
violencia ejercida contra los pueblos indígenas, perpetrada en liturgias
funestas por misioneros y dueños de barracas gomeras, lo que resulta en la casi
extinción de las tribus.
En el
tomo tres, el castrense, presencia el horror y los estragos de la Gran Guerra
(1914-1918), desde las miserables entrañas de Londres hasta las trincheras del
Somme en Francia. La narrativa explora la transformación de Fawcett, a quien
Mesili describe como un "hombre-proyectil", un soldado de bajo coste, desechable
atrapado en el sinsentido bélico. Este periodo revela analogías con los
conflictos contemporáneos en Europa y la repetición no asimilada de las
lecciones del pasado.
La guerra
y sus momentos surrealistas, marcados por pasiones intensas y reflexiones
crudas sobre el contexto político y el artificio de la religión, con sus
excesos y horrores, dejan secuelas físicas y psicológicas que resuenan en los conflictos
actuales: Insubordinaciones, juicios sumarios, ejecuciones de inocentes,
enfermedades de diversas índoles, abusos de poder, condiciones de vida
precarias, trastornos mentales, suicidios y alcoholismo que llevan a la
juventud a la hecatombe.
Finalmente,
el cuarto volumen muestra a Fawcett en Sudamérica, donde se cruza con figuras
históricas como José Doroteo, conocido como Pancho Villa, el doctor Epitacio da
Silva Pessoa y el Mariscal Cándido Rondón. A lo largo de su travesía, es
testigo de las revueltas en Argentina y Paraguay, culminando su viaje en
Brasil, donde recibe la promesa de apoyo para su expedición en el Xingú, una
región amazónica poco explorada.
El desenlace
de su viaje, lo llevará a una misión solitaria y de carácter suicida, atravesando
ríos e insondables pantanos de la selva y del espíritu humano en busca de la
ciudad perdida que denomina "Z", con sofisticados canales de aguas y gruesas
murallas, levantadas por imponentes arcos de piedra esculpidos con impresiones
misteriosas. Cuna de una gran civilización, oculta bajo la densa vegetación
desde el siglo XVIII. Leyenda o realidad, lo cierto es que su paradero solo
será conocido por el explorador y el autor, añadiendo así un aire de misterio
al final de la saga.
Una
crítica a la civilización y sus excesos
Amazonía, travesía, no se limita a ser un relato de
exploración y un testimonio sobre la lucha de los aventureros por alcanzar lo
inalcanzable; también constituye una crítica al impacto de la civilización en
los territorios indígenas. La pluma de Mesili logra una conexión entre la narración
histórica y la subjetividad comprometida, otorgándole voz a aquellos que han
sido silenciados por la historia oficial.
Con
una narrativa intensa y reflexiva, la novela se convierte en una lectura
imprescindible para quienes buscan una visión cruda y auténtica de la realidad
amazónica, la guerra y la insaciable ambición del ser humano.
Bibliografía
Mesili,
A. (2024). Amazonía, travesía. Plural
editores.